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Crónica personal Campeonato de España de Puzzles 2016-Madrid

Publicado: 12 Jun 2016 19:52
por beatlespock
Viernes 3 de Junio, 5:00 de la mañana.

Despertar, ducha rápida y viaje en metro desde Hospitalet de Llobregat hasta la otra punta de Barcelona para coger el autobús de ALSA rumbo a Madrid. El convoy sale a las 7:00. Son casi ocho horas de viaje en las cuales me leo entero el libro de David Vivancos Allepuz “Las jugadas intermedias”. Entre otros, grande ese cuento de “Paridad” que demuestra la parida de ciertos elementos lingüísticos de cuyos nombres no quiero acordarme. Veo la película “Código fuente” en la pantallita que lleva el asiento – sin sonido y sin subtítulos -, duermo algo y fantaseo sobre el día siguiente con la excitación de lo desconocido. Llego a Madrid a las 15:00 de la tarde, cojo el metro cargado con mi maleta y una valiosa valija de cuatro puzzles encargo de una amiga. Destino: el barrio de Chueca, Hostal Zamora. Me alojo y descanso una hora solamente, ya que hay agenda apretada. Visita de cuatro tiendas de puzzles especializadas, paso por el Museo del Prado y degustación del bocadillo de calamares de la Calle Botoneras 6, al lado de La Plaza Mayor. Al final, como ya me pasó una vez en un viaje de estudios con la disyuntiva de escoger ver en directo un partido Bologna-Milán o la Torre Inclinada de Pisa, veo que no me da tiempo a ir al Prado y escojo cenar bocata de calamares y visitar el Museo del Jamón. La carne es débil. Bueno, el calamar, también. Decido dejar la observación de los hitos puzzleros El Jardín de Las Delicias, Los Fusilamientos del 3 de Mayo o Las Hilanderas para un hueco del Sábado. Vuelvo al hostal y pongo la tele. La Superabuela de Gràcia sentando cátedra. Suelto el mando.

Sábado 4 de Junio, 2:00 de la madrugada.

Despierto con el brazo izquierdo inmovilizado por mi cuerpo y presa de un espantoso hormigueo. La tele sigue en marcha. Pues sí que estaba cansado, pienso. Con la apasionante Teletienda el hormigueo empieza a remitir, pero en los dedos sigue remanente. Me alarmo pensando en posibles e inoportunas reproducciones de mi túnel carpiano en pleno concurso, pero luego pienso “al carajo”, y abro los ojos a las 7:00. El móvil está en modo silencio, pero no para de vibrar. Cientos de mensajes en el grupo de Whatssap de la Asociación Española de Puzzles. ¿Nadie duerme ya? Me ducho, agarro la valija de puzzles y como buen afincado en Cataluña, salgo a desayunar al Pans & Company de la Gran Via, que no tengo tiempo de ir a Botoneras 6 a por otro bocata de calamares. Mensajes de audio de mis hijos en el móvil “Papá, monta muy rápido el puzzle”. ¿Quién soy yo para defraudarles después de mi catastrófico Por Equipos de ajedrez? En pleno subidón paternal decido pasar del metro y seguir los consejos de Arturo Pomar, así que recorro La Gran Vía, la Cibeles, la Calle de Alcalá, paso por El Retiro y llego a la sede del Campeonato, el Hotel Novotel Center de O’Donnell. Estoy sobreexcitado pero trato de pensar en mantras de George Harrison y en La Undécima para olvidar la competición, ya solo una hora distante. Entro en el hotel. Veo caras que me suenan de perfiles de Facebook y Whatssap. Alguien me reconoce y me saluda. Se rompe el hielo para los nuevos como yo. El gens una sumus también vale para los puzzleros. Conozco por fin en directo a Soraya Pérez Carayol, mi compañera de la competición por parejas, después de haber preparado por Whatssap el torneo. Poco antes del inicio del individual, abren la sala. Aquello es el Bernabéu. Confío en que no me dé el miedo escénico de Jorge Valdano. Pantallas con cronómetros, 211 participantes y decenas de controladores con el peto verde fosforito de la AEPUZZ. Entre ellos, una señora que me preguntó por Whatssap desde Asturias por un puzzle de Brueghel. El mundo es un pañuelo.

El speaker presenta el concurso. La tensión me viene de golpe. Tres, dos, uno, ¡ya! Abro la caja con una torpeza inusitada (veinte segundos) y volteo las piezas separando bordes en cinco minutos y medio. Demasiado tiempo. Armo la maceta, los sombreros, el suelo de terracota. Cuando ataco las hojas, advierto que la maceta está al revés y la volteo pensando en mantras. Dejo las flores para el final, será el impulso (este chiste es para gente de mi edad). Se dilucida el campeón cuando me restan las flores blancas y parte del verde. Es clave no desconcentrarse ni desanimarse con esos aplausos ni tener bajadas de tensión, hay que quedar lo mejor posible y darlo todo. Clasifico en plan anárquico algunas flores y enfilo la recta final colocando al toque. Tengo desde hace dos minutos al lado a la controladora que me preguntó hace meses por el puzzle de Brueghel. Acabo. Noveno puesto. Me confirman que he sido el mejor debutante. No puedo describir lo que siento en esos momentos. Habría firmado quedar entre los quince primeros antes de la prueba. Tengo que salir de la sala para calmarme.
Durante unos minutos doy vueltas por ahí e intento digerir el inesperado éxito. Conecto el móvil para hacer un poco de community manager de mí mismo, que la hinchada de Barcelona espera noticias (bueno, seguro que están preparando la paella o la calçotada antes que seguirme, pero de ilusión también se vive). Suena mi aparatito. A veces algún cliente me llama el fin de semana y el número que reluce en la pantallita no me suena, así que pongo voz de operadora, “Alejandro Darias de Aridar, dígame”. Es Conchita (COPS en este foro), la destinataria de los puzzles de mi valija diplomática. Adopto mi voz normal de nuevo. Me está buscando por la sala justo por el único ángulo muerto existente y nos encontramos los dos con el celular en la oreja. Típica situación cómica de los tiempos actuales. Le entrego cuatro rompecabezas incunables adquiridos en el Poble Sec, Vilanova i La Geltrú y El Prat mediante Wallapop. Sí, durante mis visitas profesionales también investigo tiendas donde puedan vender puzzles. En una cafetería, hablamos de las grandezas y miserias de la vida del freelance. Nos despedimos. Es cerca de la una del mediodía y decido ir a la cercana tienda de puzzles J de Juegos a revivir el cuento de la Cenicienta puzzlera. Cada participante del Individual – y por la tarde, del Por Parejas – ha recibido una pieza suelta de un puzzle de 1000 piezas, adherida a una tarjeta postal con dedicatoria manuscrita, y si encaja con el ejemplar colgado en el escaparate de la tienda se llevará la intemerata de regalos… Mi pieza se transforma en calabaza y desaparece envuelta en estrellas cuando se halla frente a frente al puzzle incompleto. Bueno, creo que eso de las estrellas es producto de la cerveza que me ha afectado más de la cuenta, y es que llevo quinientos años sin beber. Justo cuando me propongo darme un salto al Prado para visitar algunos de mis obras de arte favoritas, me encuentro a Soraya Pérez Carayol y a su familia en la tienda. “¿Te vienes a comer con nosotros?”, dicen. “Sí”, contesto, “y hay que repasar las tácticas de esta tarde”, añado. El Bosco se revuelve en su tumba y Velázquez hace novillos del Ministerio del Tiempo para recriminarme el poco respeto que tengo por su obra. Le contesto al maestro que no se queje, que dos de los tres puzzles de 10000 piezas de Educa son reproducciones de sus lienzos – Hilanderas y Las Lanzas - y lo mando a pintar bisontes a Altamira. En fin, para no aburrirles más, y como viene siendo habitual en mí, cambio la cultura por un par de huevos estrellados con patatas. Agua mineral, que soy muy pofesional. Esto es como tomarse una tarta de chocolate y un café con sacarina para adelgazar. Cultura de desayuno y tres platos de almuerzo, como decía un muñonero. Sé que se recomienda el pescado azul antes de cualquier desgaste mental, pero qué cojones… Sobremesa y vuelta al hall del hotel, que se empieza a llenar de participantes.

En la previa al pistoletazo de salida y ya con la imagen del lateral de la caja a la vista, Soraya y yo hablamos de cómo debemos clasificar, después de repasar la estrategia general. Me las doy de agorero y sentencio “acabaremos con el agua, que es lo más difícil”. Se da el pistoletazo de salida y, por supuesto, el agua es lo primero que acabo. Llevamos un ritmo frenético en los primeros veinte minutos encajando piezas al toque y ya me imagino rodeados de cámaras y coronas de laurel, y siendo entrevistados por Matías Prats y protagonista de memes, hasta que le llega el turno a la vegetación con cachirulos amarillos. Hay zonas que no las saco ni jarto vino. Prometo a mis amigos canariones seguidores de la UD Las Palmas, que esta vez el amarillo no tiene nada que ver con mi quebranto. Soraya, mientras tanto, ha acabado el pueblo italiano al pie de una montaña sin despeinarse y acude al rescate. Lo primero que hace es voltear un grupo de cuatro piezas 90 grados que me tenía loco y encajarlos bien, resolviendo la mitad de mi entuerto en dos segundos. Se deshace el bloqueo, aceleramos de nuevo y acabamos a ritmo frenético. Octavos de 248 participantes. La pareja de rusas – actuales campeonas de Europa - nos han superado por 29 segundos. Otro subidón, algo mitigado - pero muy poco, ¿eh? - por lo cerca que estuvimos de ser los mejores debutantes y de poner en aprieto a las superestrellas.

En la entrega de premios, un servidor tiene que subir cuatro veces al escenario a recoger premios (dos con Soraya), para jocosidad de los presentes. “Hombre, Alejandro, cuánto tiempo sin verte”, me dice el speaker a lo Pepe Reina a la tercera vez que subimos a recoger el premio al octavo puesto de parejas. La ley de la conservación de la materia se cumple: Acudo a Madrid con cuatro puzzles y regresaré a Hospitalet con cinco. Cuatro de regalo y el de la prueba individual. Aparte de muchos detalles como llaveros de la AEPUZZ, un delicioso puzzle de madera de una emprendedora que apuesta por la comercialización de su afición para salir adelante (grande esta gente tan valiente). Mientras regreso al hostal, soy consciente de que el día que ha pasado será inolvidable. El brillo en los ojos de tanta gente que ha venido desde todos los rincones de España quedará imborrable en mis retinas. En mi habitación, conecto la tele. María Pujalte y Ernesto Alterio protagonizan un plagio de “El graduado”. O de la telenovela “Cristal”, no puedo analizarlo bien. De súbito,la pantalla del televisor aparece dividida por 500 piezas de puzzle de la marca Ravensburger. Cierro los ojos.

Re: Crónica personal Campeonato de España de Puzzles 2016-Ma

Publicado: 15 Jun 2016 22:46
por TeBe1982
Me ha gustado mucho tu relato compañero!!!
Me encanta cómo lo has narrado porque para los que no estuvimos allí al leerlo nos sentimos como si hubiésemos estado en ese campeonato. Y luego la tensión y cansancio acumulados son tan familiares.... :-)

P.D: El Bosco, Velázquez y cía que esperen sentados, que allí han estado sus obras mucho tiempo, que lo mismo los bocatas calamares o los huevos estrellados t elos prohíben de aquí a dos días por el bien de salud y el colesterol, ajajaja.

Gracias por tu crónica y felicidades por los premioso y puestos obtenidos!!!

Re: Crónica personal Campeonato de España de Puzzles 2016-Ma

Publicado: 16 Jun 2016 16:12
por Fabrofer
Jejejeje, espectacular relato.¿Tenés fotos de los rompecabezas que armaste en la competencia? ¡Muchas gracias por compartir la experiencia, saludos! :holas:

Re: Crónica personal Campeonato de España de Puzzles 2016-Ma

Publicado: 19 Jun 2016 00:59
por Hightower
Impresionante relato!!! :plas:
Yo por desgracia lo tuve que cancelar :cry:
Fabrofer escribió:Jejejeje, espectacular relato.¿Tenés fotos de los rompecabezas que armaste en la competencia? ¡Muchas gracias por compartir la experiencia, saludos! :holas:
Fabrofer, si quieres ver las fotos de los puzzles, entra en aepuzz.es y mira dónde pone "histórico clasificaciones campeonato de España", ahí vienen las fotos y las clasificaciones de los participantes por categorías.

Re: Crónica personal Campeonato de España de Puzzles 2016-Ma

Publicado: 19 Jun 2016 15:52
por beatlespock
Fabrofer escribió:Jejejeje, espectacular relato.¿Tenés fotos de los rompecabezas que armaste en la competencia? ¡Muchas gracias por compartir la experiencia, saludos! :holas:
Imagensubir fotos gratis
Arriba, el de la prueba individual.
Abajo, el de la prueba por parejas.
Las dimensiones de estos 500 Ravensburger eran muy similares a las de un 750, porque las piezas eran mayores de tamaño que un 500 normal.
¡Saludos!