Nombre:Las señoritas de Avignon
Autor/Serie: Picasso
Nº de piezas: 1.500
Nº de bolsas: 1
Marca: Editions Ricordi
Referencia: 2901N26016
Tamaño: 58,8x83,2 cm
Lugar de compra: Puzzle-España
B) Datos técnicos
Grosor de piezas (0 muy fino - 5 muy grueso): 3
Calidad de corte (0 muy malo - 5 muy bueno): 3
Encaje de piezas (0 Encaje impreciso - 5 Encaje sin holgura): 4
Diversidad de forma de las piezas (0 muy poca - 5 mucha): 3
Repetición de patrón (si/no): No
Dificultad (0 muy fácil - 5 muy dificil): 2
C) Otros datos
Ubicación geográfica de la foto: Museo de Arte Moderno de Nueva York
Destino del puzzle : Guardado
Comentarios:
Este es mi segundo Picasso..jejeje. El primero fue El Guernica, asi que este puzzle comparado con aquel es pecata minuta...

Resulto bastante facil y entretenido por la variad de colores y de formas de las piezas. Esta es una de las pocas obras de picasso que me gustan...no sé, tiene algo especial que me atrae... seran los colores, las formas..sin duda una obra rompedora.

Algo sobre la obra: Las señoritas de Avignon (1907), obra del pintor Pablo Picasso que marcó el comienzo de su Periodo africano o Protocubismo, es la referencia clave para hablar de cubismo, del cual el artista español es el máximo exponente. Imprime un nuevo punto de partida donde Picasso elimina todo lo sublime de la tradición rompiendo con el Realismo, los cánones de profundidad espacial y el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino, reducida toda la obra a un conjunto de planos angulares sin fondo ni perspectiva espacial, en el que las formas están marcadas por líneas claro-oscuras.
Si estudiamos los rostros vemos cómo dos de ellos, los más cubistas, se asemejan a máscaras y se deben a la influencia del arte africano; mientras que los dos rostros centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas; por último el rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias.
Obra muy criticada e incomprendida incluso entre los artistas, coleccionistas y críticos de arte más vanguardistas de la época, que no comprendieron el nuevo rumbo tomado por Picasso, quien, junto con Georges Braque, crearía y continuaría la nueva corriente cubista hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial.
La Obra se expuso en la Galerie d’Antin (París) en 1916, tras lo cual Picasso la guardó en su estudio, hasta que a principios de los años 20 fue adquirida por Jacques Doucet y exhibida en 1925 en el Petit Palais. Poco tiempo después el cuadro fue comprado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde es una de las piezas más preciadas de la colección.
