Terapia puzzlera
Publicado: 06 Sep 2012 20:27
Ya son unos cuantos años viendo gente pasar por el foro y resulta que hay muchos tipos de trastornos que causa este hobby que tantas satisfacciones da por otra parte. Y como creo que el primer paso para tratar este tipo de trastornos es identificarlos voy a intentar enumerarlos para después poder ver posibles terapias curativas.

- Compras compulsivas: desde luego este es un mal que asola a la mayor parte de los foreros. Los primeros síntomas son un leve cosquilleo al ver los puzles que compran los demás y una irremediable tendencia a comprar puzles y acumularlos. Uno empieza sin darse cuenta y cuando quiere darse cuenta tiene más de 10 puzles pendientes. Como en cualquier patología hay quien tiene más síntomas y otros menos, dependiendo de la gravedad del caso. Lo peor es que es contagioso, cada uno de los afectados suele incitar a los sanos a comprar más mostrando más y más puzles, más tiendas, hasta que al final los pobres acaban cayendo. Un daño colateral es el agujero que puede dejar este trastorno en la cartera.
- Síndrome de la pieza perdida: este síndrome se manifiesta cuando se está realizando una zona de un puzle de un color o tono característico, habitualmente liso pero puede ser borroso también, y el cual cuenta con un hueco donde tendría que ir una pieza y todavía no se ha encontrado. En ese momento uno piensa que con buscarla un poco en el resto de piezas aparecerá porque es muy distintiva... pero no. Entonces acabas convenciendote de que no aparecerá y empiezas a tener ansiedad y terrores nocturnos con la pieza en casos extremos. Por suerte este síndrome suele aplacarse cuando la pieza en cuestión aparece bien en el resto de piezas, bien debajo del sofá, bien pegada a una tabla de las que se use para separaciones, bien contactando con el servicio de piezas perdidas del fabricante del puzle.
- Puzzlerollfobia: Es el miedo al puzzleroll, a ese trozo de fieltro habitualmente verde enrollado en un cilindro. Se manifiesta a la hora de imaginarse en el destino de las piezas del puzle que se quieren guardar por primera vez. Por una parte el problema del espacio condiciona la construcción de puzles pero por otra imaginas que las piezas son rectas y el puzzleroll redondo. Te imaginas que uno de los dos tendrá que cambiar de forma y que los fabricantes puede que sean demasiado optimistas. Por suerte este miedo suele ser infundado, la mayor parte de los usuarios de este sistema anima a aquellos que tienen este miedo a superarlo. Este miedo tiene su unión con las compras compulsivas, se tienen puzles más grandes de los que se puede hacer y de ahí viene la necesidad de soluciones como el puzzleroll.
- Ordenaditis: no está muy claro si esto es una enfermedad o es una necesidad. Consiste en clasificar, ordenar las piezas en filas perfectas, en tablas, en todo tipo de superficies pero ordenadas. Hay distintas variedades, tablas, tuppers etiquetados, cajas en forma de pagoda... Cualquier método es válido siempre que estén las piezas ordenadas preparadas para poder atacar el puzle de una forma más fácil. Hay unos casos extremos en los que la gente trata de hacer el puzle por filas desde abajo arriba o viceversa.
- Gigantismo: este caso quizás no se da tanto, es más reducido pero se nota claramente cuando alguien se deja seducir por los puzles grandes. Empiezan en el foro diciendo "hasta ahora solo había hecho de mil piezas pero ahora voy a dar salto a 3000" y luego cuando menos te lo esperas están haciendo un puzle de 12000 piezas o 24000. El problema para esta enfermedad es la poca variedad entre puzles mayores de 5000 piezas a la vez que la necesidad de un espacio adecuado para la realización de este tipo de puzles.
- Trastornos obsesivos compulsivos: desde evitar los líquidos cerca del puzle a no dejar tocar el puzle a los demás. Quitar el plástico de la caja, abrir la caja, abrir la bolsa y oler las piezas, meter las manos en las piezas. Dar un toque a las piezas después de puestas, pasar la mano por un puzle a medio hacer y volver a hacerlo repetidas veces en un puzle ya hecho. Quedarse mirando a los puzles embobados... Cada uno desarrolla sus manías que a veces se convierten en un nivel casi obsesivo.
