Puzzles Rotos (Cuentos desde mi Pecera)

Aquí podéis aportar los relatos que se os ocurran o los que encontréis por la red(poniendo un link al original, o con las autorizaciones pertinentes, hay que respetar los derechos de autor). Porque si tal como leí una vez "los libros son la vida" y los puzzles forman parte de nuestra vida, seguro que podemos unir ambas cosas.
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bej
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Puzzles Rotos (Cuentos desde mi Pecera)

Mensaje por bej »

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El Señor de los Planos cuando planificó la vida de los habitantes de sus mundos creados hizo un puzzle, un puzzle muy singular. Todas las piezas eran diferentes, podría hacerlo un experto viendo el paisaje o no, pero en cuanto las piezas encajaban... el puzzle tomaba vida.

Cada pieza tenía un don, el de la libertad. Podría elegir entrar en el puzzle o salirse... pero si entraba eso empezaba a crecer, a crecer... se veía ella misma como un enorme cuadro que componer y que sugería nuevas ventanas, de cada ventana surgía nueva vida... y todo porque había decidido decir que sí al plan del Señor de los Planos.

No era monótono ese Sí, era creativo. La única condición era elegir el lugar que para él se le había dispuesto.

Dentro de las piezas había normalmente, en la mayoría de los casos, una "única" pieza complementaria. Todo te llevaba a ella. Más bien NADIE en el puzzle podía estar sólo. O elegías una pieza del puzzle como compañera o elegías la pieza maestra. El encaje se llamaba amor. Y la pieza maestra era el Amor con Mayúscula. Si bien ese amor terreno se convertía en una "única pieza" que podía volver a elegir asociarse con la maestra. Y esa asociación abría el cuadro a nuevas piezas... multiplicándose los paisajes, las historias y los colores.

Sin embargo no todos los elementos del puzzle aceptaban la elección ni permanecían unidos a la pieza que hacía de compañera.

Cuando eso pasaba en el puzzle se perdía una pieza. Algo no encajaba. Se formaban paisajes, sí, pero teñidos de rojo y dolor. Eran los puzzles rotos que el Señor de los Planos recogía y observaba intentando ponerles remedio.

Esos puzzles requerían más y más atención, aunque no siempre se lograba restaurar las historias. Y, de hecho, surgían cuadros con luces y sombras muy valiosos que pasaban por la senda del dolor.

Pero otras veces, lo siento, el puzzle acababa por imposible en el cubo de los desperdicios, lo que producía un gran dolor en la Casa de los Planos... porque al negarse a ser útil a los demás seres... la pieza egoísta crecía y crecía y contaminaba paisajes sembrándolos de rojo y dolor.

A mí me hubiese gustado que algún escritor hablase de los puzzles rotos, de esas familias desgajadas por egoísmos, por incomprensiones, por locuras pasajeras... de esos hijos víctimas, de esas historias fracasadas... y hablase de cómo hace el Señor de los Planos para restaurar la armonía primera. Porque Él no desecha en la vida una pieza del puzzle, siempre genera contornos nuevos donde encajar las piezas, si bien esos nuevos lugares suponen pulir aristas, recortar esquinas... y pasan todos por el rojo y el dolor.

Lo que no funciona es decir que no pasa nada y que se puede rehacer esas piezas con uniones postreras. Siempre, de alguna manera, es preciso recoger en la pieza "toda su historia", incluso aquella que causa dolor.

http://peluquinrojo.blogspot.com/2008/0 ... letos.html
[size=150]LO PEOR QUE HACEN LOS MALOS ES OBLIGARNOS A DUDAR DE LOS BUENOS.[/size]
Jacinto Benavente (1866-1954)

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