Ultimo regalo
Publicado: 18 Sep 2010 20:21
Mi historia no es demasiado alegre, pero bueno, me apetece mucho contarla.
Siempre me consideré incapaz de hacer un puzzle hasta que mi hermana me regaló uno hace ya unos pocos años, para mi cumpleaños. Era la mujer asomada a la ventana de Dali. La verdad es que me piqué, me pilló el gusanillo y aunque ahora leyendo algo por aquí cuando tengo tiempo me estoy quedando boquiabierta con vuestros trucos, me fui animando. Como aquel primero que sí enmarqué se me cayó dos veces y tampoco tengo sitio para más la verdad es que los hago y los deshago y al cabo de un tiempo recupero alguno de mis favoritos. Lo hago con trampa porque como no tengo una mesa adecuada y acabo haciendolos en un cartón grande para que me resulte más sencillo los deshago en tres partes y así me resulta más sencillo. (Los repetidos en realidad son para relajarme más que para otra cosa).
Al año siguiente mi hermana me regalo el rollo con esa tela verde que seguro que todos sabéis como se llama (por cierto, decidmelo jaja).
Asi llegamos al año 2004. Ese año mi hermana no se encontraba bien y no vinieron a casa por mi cumpleaños. A los 15 días la ingresaron de urgencias y la diagnosticaron un linfoma, o sea leucemia, y de los malos. Ella ya había comprado mi regalo de cumpleaños, que, cómo no, era un puzzle. Me lo dió en el hospital dónde estaba ingresada y a dónde hizo que mi cuñado lo llevara cuando quedó claro que iba a tardar meses en salir.
Fue su último regalo, su último puzzle. El año siguiente para mi cumpleaños sus cenizas flotaban en el aire de la sierra de Madrid y su hija de 20 meses estaba huérfana.
Este es un puzzle que algún día enmarcaré, pero aunque hace ya 5 años que murió todavía no estoy preparada para colgarlo en mi pared.
Así que este hobby se lo debo como un regalo de mi hermana, una de tantas cosas que me han quedado de ella.
Siempre me consideré incapaz de hacer un puzzle hasta que mi hermana me regaló uno hace ya unos pocos años, para mi cumpleaños. Era la mujer asomada a la ventana de Dali. La verdad es que me piqué, me pilló el gusanillo y aunque ahora leyendo algo por aquí cuando tengo tiempo me estoy quedando boquiabierta con vuestros trucos, me fui animando. Como aquel primero que sí enmarqué se me cayó dos veces y tampoco tengo sitio para más la verdad es que los hago y los deshago y al cabo de un tiempo recupero alguno de mis favoritos. Lo hago con trampa porque como no tengo una mesa adecuada y acabo haciendolos en un cartón grande para que me resulte más sencillo los deshago en tres partes y así me resulta más sencillo. (Los repetidos en realidad son para relajarme más que para otra cosa).
Al año siguiente mi hermana me regalo el rollo con esa tela verde que seguro que todos sabéis como se llama (por cierto, decidmelo jaja).
Asi llegamos al año 2004. Ese año mi hermana no se encontraba bien y no vinieron a casa por mi cumpleaños. A los 15 días la ingresaron de urgencias y la diagnosticaron un linfoma, o sea leucemia, y de los malos. Ella ya había comprado mi regalo de cumpleaños, que, cómo no, era un puzzle. Me lo dió en el hospital dónde estaba ingresada y a dónde hizo que mi cuñado lo llevara cuando quedó claro que iba a tardar meses en salir.
Fue su último regalo, su último puzzle. El año siguiente para mi cumpleaños sus cenizas flotaban en el aire de la sierra de Madrid y su hija de 20 meses estaba huérfana.
Este es un puzzle que algún día enmarcaré, pero aunque hace ya 5 años que murió todavía no estoy preparada para colgarlo en mi pared.
Así que este hobby se lo debo como un regalo de mi hermana, una de tantas cosas que me han quedado de ella.