Capítulo 1: Separaciones y otros tormentos
En un lugar del País Vasco, de cuyo nombre no quiero acordarme(pero que acogerá una de las sedes del mundial de baloncesto), no ha mucho que empezaba un puzle de los de Educa antiguo, con polvo de pegamento en sobre rojo y una bolsa con todas las piezas. Las cajas servianme de lanza para atacar tal empresa. Mas un enemigo inesperado acechaba al abrir la bolsa. Eran hormigas, hormigas devoradoras de tiempo. Mi fiel escudero me hubo de corregir, no son hormigas, son piezas marrones.
Voy a dejar de plagiar al Quijote de Cervantes, que seguro que luego me demandan. Me ha parecido adecuado empezar así porque el libro es contemporáneo del cuadro, con unos años de diferencia pero en el largo transcurrir de la historia son vecinos. La verdad es que hace ya año y medio que hice mi anterior 6000, la rendición de Granada, que ya de paso ha sido el puzle más grande que he hecho. Al abrir la caja y abrir la bolsa me han vuelto a venir a la cabeza las sensaciones de cuando abrí la rendición. Una de ellas "cuantas piezas". Otra "qué pequeñas". Y es que son de las misma medida y con el mismo patrón sin embarazadas así que es normal el dejà vu.
Y el primer paso que toca en mi travesía es el de separar. Al igual que El Quijote creo que la fase de separación puede volver a uno loco. Y es que este puzle es de una pintura que me gusta, pero de unos tonos bastante similares. Creo que el señor Velázquez pasó por delante de una gran superficie de pintura y vio una oferta de 1000 litros de marrón por una moneda de oro. Ya por la imagen se ve que hay mucho tono marrón pero una vez vistas las piezas en detalle todas parece que tengan tonos marrones. Así que me hubiera venido bien un Sancho que me escudara para separar las piezas.
Pero quién dijo miedo, si no me detuvo la anterior pintura esta tampoco. Decidí no hacer una gran separación, básicamente cogería los bordes, un gran clásico, el marrón claro del suelo, grises claros seguramente de las meninas y negro de un montón de partes negras. El resto sería marrón, de todo tipo, condición, trazo y forma. Y así transcurrió el primer tramo de separación, cogiendo piezas de aquí y de allá, sobrellevando el calor puzleando, nadando en la piscina de piezas bajo el sol de las piezas marrones.
La separación de tantas piezas resulta aburrida para mí así que conforme tuve bastantes piezas de borde iba montando de vez en cuando. Llegó un momento en que el número de piezas marrón claro de suelo y grises empezaba a escasear, por lo que la separación quedaba casi reducida a las negras y marrones y se volvía todavía más monónono todo. De hecho conforme iba separando iba ampliando el rango de la separación de marrones. Fruto de la desesperación ese montón de marrones se convirtió en "la fracción resto", es decir, en un cajón desastre con el resto de piezas.
Once horas después logré terminar la clasificación y montar los bordes, siempre alegra ver algo del puzle montado, la imagen ya va tomando forma. Seguramente necesite una segunda separación para las marrones, pero incluso El Quijote tuvo una segunda parte así que no hay problema. Creo que el señor Velázquez me va mirando con peor cara conforme he avanzado con la clasificación y me acordaba de su monocronismo. Nunca el nombre de marrón ha definido tan bien unas piezas.
Pero a la luz de la superluna que teoricamente se alza detrás de las nubes de verano que me acompañan esta noche no puedo dejar solo letra escrita sobre mis sentimientos respecto al puzle. El dicho dice que una imagen vale más que mil palabras y aunque me encanta hablar estas imágenes también hablan.
Bordes
Marrón claro del suelo
Grises
Negras
Marrones
Más marrones
Adivinad... más marrones
Todavía más marrones y de todo
Y en honor a la experta en pagodas Ana P aquí os dejo una foto de una clásica pagoda de cajas, con 6000 piezas extendidas en una sola capa boca arriba, lo que espero que facilite la construcción del puzle.
Son en total 26 cajas, ahora solo hace falta ir quitando alguna que otra caja hasta dejar las necesarias para que entren todas las piezas bien puestas unidas. Solo queda lo divertido, construir la imagen, así que después del tormento viene la calma y el disfrute.